miércoles, 15 de julio de 2009

NUEVO SINDICATO EN COMERCIO


En busca de un lugar de pertenencia

A partir del fallo de la Corte Suprema que el año pasado habilitó la apertura del modelo de sindicato único y producto de conflictos internos, despuntan nuevos gremios. Para la CGT son expresiones minoritarias. En cambio, la CTA los reivindica.

Por Laura Vales

Este mes dos nuevos grupos de trabajadores organizados se separaron de sus sindicatos para crear gremios propios, denunciando la falta de representatividad de las conducciones de la CGT. Los desgajamientos ocurrieron en el poderoso Sindicato de Comercio que conduce Armando Cavalieri y en la Unión de Obreros de la Construcción que lidera Gerardo Martínez. Se produjeron después de conflictivas historias de violencia interna, en algunos casos teñidas por los enfrentamientos entre sectores kirchneristas y duhaldistas. En el mismo camino, aunque varios pasos más avanzados, están los trabajadores del subte, que se apartaron de la Unión Tranviarios Automotor.

Se trata de procesos que están siendo impulsados por el fallo de la Corte Suprema, que el año pasado recortó el poder de las estructuras sindicales tradicionales al establecer que los sindicatos con personería gremial ya no tienen la exclusividad de convocar a elecciones de delegados de base. El fallo también puso fin a la obligación de estar afiliado a ese sindicato para presentarse como delegado. Estos cambios en las reglas de juego fueron considerados como un golpe para el modelo de sindicato único por rama de actividad que rige en el país, aunque el modo en que esta herramienta será utilizada concretamente en el mundo del trabajo todavía no está claro: se está escribiendo con cada nuevo caso.


En la Uocra

La historia del nuevo gremio de la construcción, desgajado de la Uocra, está sucediendo en el sur del conurbano, en la zona que va de Lomas de Zamora a Quilmes y Florencio Varela. Aunque las causas que señalan sus protagonistas son la falta de democracia interna y la ausencia de representación, tal vez sea más gráfico contar cómo lo que terminó desencadenando la ruptura fue un asesinato.

Lo reseña Víctor Grossi, quien lidera el sector que se fue de la Uocra. Grossi, por entonces dirigente de la opositora lista Violeta, era titular de la seccional Lomas de Zamora, la única que no respondía a la lista Blanca de Gerardo Martínez. Grossi, que en los ’80 integró el peronismo de izquierda, es señalado como un hombre de diálogo con Eduardo Duhalde y tiene en su currículum el haber sido candidato a intendente en el 2007 en la boleta de Roberto Lavagna. De Gerardo Martínez es conocido su acercamiento al kirchnerismo.

Los enfrentamientos internos de la Uocra han ido in crescendo en los últimos años. Dice Grossi: “Nuestros compañeros de la Violeta de la sección de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela eran golpeados, perseguidos. Venían a vernos y les decíamos ‘hagan la denuncia’, volvían con otro caso y de nuevo les decíamos ‘hagan la denuncia’. La gente de Martínez nos quería llevar a que le contestáramos con más violencia, armando un grupo que saliera a correrlos, pero no lo hicimos sino que los denunciamos a la Justicia. Así juntamos un montón de denuncias. El caso más grave era el de Julio Barrera: él estaba en la puerta de una obra cuando apareció un colectivo del que se bajó un grupo de la Uocra, lo golpearon y le dieron un puntazo. El año pasado, como teníamos acumuladas muchas denuncias, pedimos que se unificaran para investigar a estos grupos que sabemos que vienen del sindicato. Barrera tenía que declarar el 19 de agosto, pero el 16, cuando iba en un remís a su casa, tres tipos lo interceptaron y le pegaron un tiro. Murió desangrado”.

En repudio al asesinato, los compañeros de Barrera hicieron una marcha de mil quinientas personas que recorrió el centro de Quilmes acusando a la Uocra del crimen. En respuesta, la Uocra intervino la seccional rebelde de Lomas de Zamora y fue a sacar por la fuerza a la conducción. Volvió a haber tiros, y esta vez encontraron armas en la seccional hasta entonces dirigida por Grossi. Los de la lista Violeta quedaron fuera del sindicato.

El fallo de la Corte sobre libertad sindical salió unas semanas más tarde. “Todos los de la conducción de la seccional Lomas ya éramos delegados, y empezamos a llamar a elecciones en las obras que no tenían”, continúa Grossi. Así votaron representantes de base en más de 60 obras de Lomas, Almirante Brown, Presidente Perón y San Vicente. Y pasaron a un proceso diferente, el de crear el propio gremio junto a otras listas, “la Naranja, la 26 de Julio y sectores independientes”.

Hace diez días la policía detuvo a dos de los acusados por el asesinato de Barrera; ambos están relacionados a la cúpula de la Uocra de Quilmes. En este clima, el próximo 22 el sector que se escindió realizará la asamblea de constitución del sindicato, que tal vez –ya que ese paso está en estudio– se sume a la Central de Trabajadores Argentinos.


En Comercio

El miércoles pasado, el Sindicato de Empleados de Hipermercados, Supermercados y Mayoristas hizo su asamblea fundacional. Unos 300 trabajadores de los híper de Lomas de Zamora, Esteban Echeverría y Ezeiza se reunieron en el Club Olimpia, donde eligieron a las autoridades del nuevo gremio y aprobaron el estatuto que llevarán al Ministerio de Trabajo para pedir la inscripción del sindicato, que buscará representar a los tres mil trabajadores de híper y supermercados de la región.

“Somos peronistas, aunque también hay radicales y algunos del PRO”, define Carlos “Tito” Godoy, titular de la nueva organización. El dirigente fue parte de la seccional Lomas de Zamora de 1982 al 2006, pero luego, por diferencias con su titular, Jorge Bence, pasó a la oposición. Hace tres años formaron una lista para disputar las elecciones. Las perdieron por 158 votos en un intrincado proceso electoral con denuncias de fraude. “Nosotros hicimos 19 denuncias penales porque nos lesionaron a compañeros el día de las elecciones. Llevaron a las hinchadas de Boca y Los Andes para que no nos dejaran entrar a votar.”

Afuera de la conducción del sindicato, consiguieron elegir delegados propios en los lugares de trabajo –los locales de Coto, Carrefour, Easy, Disco y Jumbo de la zona sur–. Esa fue la base sobre la que ahora están armando el gremio. “Al fallo de la Corte Suprema lo tomamos a partir de que no tuvimos una elección limpia”, resume Godoy.

El dirigente extiende la conflictiva relación que tuvieron en los últimos años con la conducción del gremio a su jefe máximo, Armando Cavalieri: “Cuando éramos golpeados jamás nos recibió, presentamos notas, cartas, de todo, pero nunca nos atendió”.

¿No les preocupa el hecho de que quedarán más débiles con esta ruptura? Ellos dicen que no: “En hipermercados y supermercados está la mayor concentración de mano de obra. Ahí ya tenemos fuerza propia, somos respetados, incluso hacemos inspecciones con el Ministerio de Trabajo”. Godoy dice que van a quedarse dentro de la CGT. Es más: “A la inscripción (del nuevo sindicato) la está llevando el estudio de Recalde”, el abogado de la central moyanista.


Del dicho al hecho

También el cuerpo de delegados del subte se separó de su sindicato de origen, la Unión Tranviarios Automotor. La ley marca que luego de crear el gremio el ministerio debe darle reconocimiento legal, declarándolos como “sindicato simplemente inscripto”. Los del subte presentaron el pedido de inscripción en agosto pasado, pero a casi un año todavía el Ministerio de Trabajo no les dio el OK. El plazo legal del trámite en teoría es de seis meses. Beto Pianelli, integrante del cuerpo de delegados, da una lectura política de la demora: advierte que “desde que salió el fallo de la Corte, el ministerio prácticamente no reconoció a nadie”, en sintonía con los deseos de la CGT.

El cuerpo de delegados va a presentar ahora un reclamo a la Justicia, con un pedido de amparo por la mora. ¿Cuánto los perjudica que el ministerio no les otorgue la inscripción? Pianelli dice que sufren un daño relativo y enumera las contras: la empresa no tiene obligación de contestar sus reclamos, el sindicato no puede abrir una cuenta corporativa para recibir los aportes de sus afiliados; si quiere disputarle a la UTA la personería gremial (el reconocimiento del ministerio al sindicato con mayor cantidad de afiliados), tampoco pueden llamar a una compulsa.

En la práctica, lo que sucede es que mientras no tengan reconocimiento, los nuevos sindicatos quedan con pocas herramientas para negociar. Así, para conseguir cualquier cosa dependen casi enteramente de las medidas de acción directa que puedan sostener.

Pianelli apunta que hay que ser “muy cuidadoso, porque el fallo te permite elegir delegados pero si no tenés a los compañeros que defiendan, las empresas los echan. Si echan a delegados de sindicatos reconocidos, ¿por qué no los van a echar cuando ni siquiera tenés al sindicato detrás?”

Para el abogado de la CGT y diputado nacional Héctor Recalde, los casos de nuevos sindicatos “son excepciones”. “No hay una tendencia a crear sindicatos nuevos”, asegura. Dice además que esto demuestra que “el fallo de la Corte tiene poco apego a la realidad”, que “fue una de esas cosas que se dictan sin conocer bien lo que es la realidad de una fábrica o de un taller”. Como era de esperar, en la CTA hacen una lectura distinta; varios de los consultados señalaron que el ministerio ha desacelerado el trámite de las inscripciones de los nuevos gremios. “Desde el fallo de la Corte hubo una mayor presión de la CGT y un mayor cajoneo en el Ministerio de Trabajo, porque un sindicato simplemente inscripto ahora tiene más peso jurídico y gremial.” Nadie sabe si los nuevos sindicatos van a poder sostenerse en el tiempo, y menos aún si van a resguardar una nueva lógica, más pluralista y democrática, en el interior de los gremios.

FUENTES: www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-128143-2009-07-13.html