miércoles, 7 de enero de 2009

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

Hoy con cierto asombro, pude confirmar que papá Noel existe, que debe ser argentino y además que no usa renos, sino costosos autos y camionetas. Los que sí no existen son sus colaboradores de los cuentos, los regalos se los dan nuestros ricos sindicalistas.

Son las 14:15 hs. del día martes 23 de diciembre, estoy en el 6º piso de la Av.Callao 124, me acompañan los delegados de la sucursal Wal Mart de Avellaneda, esperamos al conciliador del ministerio que los citó junto con los abogados de la empresa para analizar la conciliación obligatoria en la que se encuentran las partes.

El abogado cursó la citación para las 13:00 hs.pero recien a las 13:41 una de las empleadas del piso comenzó a llamarlo al celular, obviamente nadie dijo dónde estaba el funcionario.

Mientras se espera su regreso al lugar de trabajo y a la cita que él mismo concertó nos hacen pasar a una de las salas de audiencias, la puerta indica que se trata de la Nº 1, Departamento de Relaciones Laborales, Sec. Dr.M.Riafrecha Villafañe oficina Nº 4, en el interior comienzo a converzar con la representante del SECLA y observo una caja de color rojo con motivos navideños a un costado de la puerta junto a otras, por curiosidad observó la tarjeta que llevaba en uno de sus lados pegada y pertenecía al sindicato de petróleo privado y gas.

Si bien no me pareció algo ético que un sindicato le envíe regalos a funcionarios de un ministerio y menos al de trabajo, no le preste mayor importancia al hecho, salvo cuando pasadas las 14:24 comienzo a ver desfilar personas con cajas de champagne de una de las marcas más costosas y vinos de una de las casas más exclusivas de regalos empresariales, varios de los presentes tenían como remitentes a distintos sindicatos.

Ya en la puerta del edificio del SECLO, dependencia del Ministerio de Trabajo de La Nación, observo como de camionetas y autos, descargan cajas y otros objetos muy bien presentados que son ingresados al edificio sin sortear ningún tipo de control. Por razones obvias de seguridad personal no fue posible obtener imágenes de todos, pero sí de varios de estos regalos de los nuevos papá Noel, los funcionarios agradecidos.

CONCLUSIONES

Hasta aquí, el relato de mi impresión personal, algo que tiene un relato objetivo, pero una opinión subjetiva, es decir, en lo personal, lo visto me parece una enorme vergüenza ajena al considerar que puede derivar en lo que se conoce como conflicto de intereses.

La Ley 25.188, que debiera ser conocida por todos los funcionarios, en su artículo 18 se refiere al régimen de obsequios a funcionarios públicos, y establece claramente la prohibición de recibir obsequios, salvo que estos sean de cortesía o bien de índole diplomáticos, en cuyo caso se integrarán al patrimonio nacional para ser destinados a salud, acción social o educación o bien incorporado al patrimonio histórico nacional si correspondiere.

Por los obsequios vistos, dudo que botellas de costosos vinos, champagnes o wiskys pueden tener alguna de las utilidades indicadas.

No es la primera vez ni será la última que funcionarios del Ministerio de Trabajo se vean envueltos en esto que al lado de otras cosas puede parecer insignificante, pero que confirma que quienes representan o deberían representar a los trabajadores (los sindicalistas), no dudan en gastar cifras millonarias en regalos, presentes y otros obsequios a funcionarios.

Pasaron también algunas cajas de puros de una conocida y exclusiva tabaquería de la zona del bajo y algunos sobres blancos de los que uno espera solo llevaran tarjetas navideñas, después de todo, para muchos trabajadores pobres papá Noel les dejará un par de medias y calzoncillos. Mientras que el dinero de la cuota sindical alienta vicios exclusivos de sindicalistas, políticos y funcionarios.

Feliz Navidad JO JO JO JO JO. Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
Editor General Diario El Sindical
www.elsindical.com.ar