lunes, 27 de octubre de 2008

Que paguen los trabajadores, pero que no se note
La crisis ha llegado, pero la política del gobierno es que se note lo menos posible. En los últimos días, todos los medios han dado cuenta de las reuniones del gobierno con empresarios y dirigentes de la CGT. Lo que está en discusión es muy sencillo: buscan llegar a un acuerdo tácito (no escrito) por medio del cual se imponga el congelamiento salarial, supuestamente a cambio de que las patronales “no despidan trabajadores”.

Por si acaso, Moyano se apresuró a enterrar el reclamo de alguna suma que compensara la inflación del año. Menos que menos se esta hablando de lo que correspondería: la reapertura de las paritarias frente a la crisis.

Lo irónico del caso es que, abiertamente, desde la UIA y demás sectores patronales ya salieron a decir que el compromiso de despedir “no se puede garantizar”. A lo sumo, están en marcha una serie de mecanismos para “ganar tiempo”, como las suspensiones o las vacaciones anticipadas. Pero hay una fecha “tope” en la mira de todas las patronales: los meses del verano. Si para ese momento la situación económica mundial y nacional no mejora, sí o sí (lo dicen sin ningún miramiento), va a haber despidos en masa. Al mismo tiempo, la UIA viene reclamando una sustancial devaluación del peso, medida que sólo hundiría más los salarios de los trabajadores.

Pero, con la abierta complicidad de la CGT, el gobierno ha seguido adelante con su política de “pacto social de hecho”, cuya primera medida sería el ya señalado congelamiento salarial… ¡por dos o tres años!

Un verdadero escándalo: la crisis la generaron los dueños del sistema que gobierno, empresarios y dirigentes sindicales defienden: el capitalismo mundial. Pero la cuenta la debemos pagar, con nuestra sangre, sudor y lágrimas, los trabajadores. Es tan brutal que por eso se busca que el acuerdo sea tácito, no a cara descubierta.

El primer reflejo condicionado es congelar los magros salarios. El segundo es dar lugar a despidos (a no equivocarse), pero sin que se note tanto. De ahí que el gobierno haya parado los despidos groseros y al bulto, como en la empresa Easy. Sin embargo, ya están ocurriendo despidos masivos de compañeros contratados y de agencia, verdaderos “parias” de la clase trabajadora, porque por ellos los sindicatos “oficiales” no reclaman.

En suma, y como siempre, el gobierno hace la del tero: cacarea para un lado y pone los huevos en el otro. Mientras se llena la boca con la “protección del empleo”, alienta el congelamiento salarial y la ola de despidos “encubiertos” de los no efectivos.