El día de los que son más libres
Denme un maestro y un libro y moveré el mundo, parecen decir los hasta hace poco marginados en Venezuela, Bolivia, Ecuador… alumnos con rostro de indio, de pobre, blanco, negro, de agricultor u obrero, que rondan los 20, 30, 40, 50 años de edad y más. Quizás ni sepan que este 17 de noviembre es el Día Internacional del Estudiante, pero sí que la luz del conocimiento los hará más libres. Por Joel Mayor Lorán
Por Joel Mayor Lorán
Joel@granma.cip.cu
Denme un maestro y un libro y moveré el mundo, parecen decir los hasta hace poco marginados en Venezuela, Bolivia, Ecuador… alumnos con rostro de indio, de pobre, blanco, negro, de agricultor u obrero, que rondan los 20, 30, 40, 50 años de edad y más. Quizás ni sepan que este 17 de noviembre es el Día Internacional del Estudiante, pero sí que la luz del conocimiento los hará más libres.
NUESTROS ESTUDIANTES TIENEN HOY PLENO ACCESO A LA UNIVERSIDAD : LA HAN PINTADO DE NEGRO, DE MULATO, DE OBRERO, DE CAMPESINO, COMO QUERÍA MELLA.
Visten apenas de esperanza. Con la alfabetización, comienzan a entender mejor la realidad: La Amazonia , los Andes, los cerros, rebosan de aulas.
Cuba ha llevado profesores a ciudades, regiones, sitios intrincados, a dondequiera que soliciten el método Yo sí puedo. Venezuela ya es territorio libre de analfabetismo. En otros países, lo han logrado municipios y estados enteros: Cotacachi, Falcón e igualmente al interior de Colombia, México y otros países.
Más allá del Caribe, hay discípulos cubanos que también emprenden estudios: cursan maestrías para perfeccionar sus conocimientos de medicina. Mientras salvan vidas o devuelven la visión a pueblos hermanos, dedican tiempo a superarse, como sus colegas aquí.
En la mayor de las Antillas la educación rebasó las batallas por el sexto y noveno grados, por el bachillerato: es universidad para todos, desde la posibilidad de estudiar informática, derecho a otras carreras en el municipio de residencia hasta la de aprender idiomas, meteorología o historia cómodamente sentado ante el televisor de la casa.
Nuestros estudiantes de hoy son los que transitan en el momento justo por los diferentes niveles de enseñanza, asimismo quienes desaprovecharon la primera oportunidad y ahora hallan una segunda de incorporarse mediante los cursos de superación integral, y aquellos que acceden a la universalización de la enseñanza superior.
Se instruyen no solo por libros sino por discos compactos. Desde el preescolar acceden a la computación. Disponen de instructores de arte y academias de artes plásticas. Mas, no viven época de abundancia sino de esfuerzo, de monitores que hacen las veces de maestros, de profesores todavía en formación.
El bloqueo impide contar con laboratorios de física o química donde observar demostraciones; las aprecian mediante softwares educativos. El Estado destina recursos a garantizar la mejor educación posible.
Porque solo el conocimiento hace libres a los hombres. En noviembre de 1922, el joven Julio Antonio Mella, entonces con 19 años de edad, funda la revista Alma Mater, con la cual propone llevar la Universidad a las calles, vistiéndola de pueblo; a la lucha, en busca de la unidad, a denunciar, exigir y movilizar, convencido de su función social.
Desde siempre a los más preparados, graduados o aún en las aulas, les ha tocado pelear en la vanguardia: otro 17 de noviembre, en 1939, los fascistas masacraron a estudiantes de Praga, porque aquellos muchachos enfrentaron a las tropas hitlerianas.
En la madrugada, la Gestapo violentó las residencias universitarias, apresó a sus inquilinos, asesinó a nueve líderes de la Unión Nacionalista Universitaria y envió a unos 1 200 jóvenes al campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg, próximo a Berlín.
La Primera Asamblea Mundial de Estudiantes, celebrada en Londres en 1941, acordó elegir la fecha como Día Internacional del Estudiante.
Y Cuba les rinde homenaje. Checoslovacos y cubanos libraron batallas similares. Los nuestros tienen hoy pleno acceso a la Universidad : la han pintado de negro, de mulato, de obrero, de campesino, como quería Mella. Su reto actual consiste en prepararse cada vez más y también llevar luz a sus hermanos del mundo