


jueves, 27 de septiembre de 2007
El escrache ha llegado al barrio de Villa Pueyrredón, esta vez para escrachar a Wal-Mart, el gigante mundial que factura millones por año y continúa pagando sueldos por debajo de la línea de la pobreza y persiguiendo a los trabajadores que se organizan.No sólo aquí, sino en el mundo Wal Mart, se ha convertido en uno de los emblemas más importantes de la precarización laboral y la persecución sindical.Pero Wal Mart es solamente un ejemplo más, ya que en nuestro país la precarización laboral aumenta diariamente. Pero esto no ocurre solamente en las grandes cadenas de supermercados y en las empresas, extranjeras o nacionales. El primero en contratar a sus trabajadoras y trabajadores en condiciones precarias, es el Estado. No hay organismo o institución estatal que no tenga trabajadores en negro o con contratos precarios, como son las pasantías o los contratos de locación. Afortunadamente, también se multiplican en estos días las luchas de trabajadores y trabajadoras por sus derechos laborales y por condiciones más dignas de vida, en algunos pocos casos, apoyados por sus representantes gremiales, pero en muchos otros por fuera de los mismos. Pero la respuesta del Estado y de la patronal tampoco se demora y en estos tiempos también vemos las numerosas represiones y aprietes que vivimos los trabajadores que nos organizamos y movilizamos.Wal-Mart constituye un ejemplo perverso de esta situación. Porque los trabajadores están obligados a aceptar las condiciones más humillantes de trabajo. WM no respeta el Convenio Colectivo , ni la legislación vigente: ha descontado por diez años el presentismo violando el convenio, hace trabajar 48 hs a empleados que están contratados para trabajar 36 y deriva a los trabajadores a hospitales públicos en lugar de las ART reglamentarias. Paralelamente , los empleados son obligados a cantar todos los días el “Himno a Wal-Mart”, y a llamarse a sí mismos “asociados”, como una forma más de intentar ocultar la desigual relación existente. También favorece la competencia entre ellos, con su nefasto sistema de premios y castigos a través de los pines. Y, avasallando los más elementales derechos civiles y laborales, espía a sus empleados bajo el programa del Mistery Shopper, una especie de “supervisor” que los evalúa disfrazado de cliente, que nunca se presenta y de cuyo informe no hay derecho a réplica. Control invisible, siempre.En la sucursal de Avellaneda, los compañeros han empezado a luchar contra estas condiciones denigrantes y la respuesta de la patronal no se ha hecho esperar, despidiendo a familiares y conocidos de los empleados combativos, o directamente a quienes, como Gustavo Córdoba, pretendieron darles pelea y fue despedido dos veces de su lugar de trabajo. O como el actual delegado Martín Falcón, que ha sido amenazado telefónicamente por defender a sus compañeros. Y todo esto con la complicidad de la omnipresente burocracia, en este caso el Sindicato de Empleado de Comercio, dirigido por Cavallieri, que ha avalado las prácticas de la empresa, con sus silencio o complicidad activa. A pesar de los aprietes, los compañeros siguen adelante, peleando y consiguiendo, no sin esfuerzo, recuperar derechos y conquistas. Y esta también es una muestra de apoyo para ellos.Para muestra sólo hace falta un botónWal Mart, continúa su coherencia de represión porque un milico vinculado a la última dictadura tiene sus oficinas aquí, en Sucursal Constituyentes. Es el Jefe de Seguridad. Es Alfredo Oscar Saint Jean (h). Este milico estuvo en la última dictadura militar bajo las órdenes de Bussi en Tucuman y también se lo vio en Bahía Blanca y Tandil, donde funcionaron Centros Clandestino de Detención.. Es el mismo que ordenó tapar los murales realizados por alumnos de escuelas primarias del barrio, pintadas en los muros de la ex Fábrica Grafa, hoy Wal-Mart, recordando a los obreros de la fábrica que fueron desaparecidos.Este botón de muestra nos ejemplifica que los militares de la última dictadura no sólo están sueltos y caminan libremente por nuestros barrios sino que se los ve reciclados en cargos de poder en seguridad en varias empresas privadas como Saint Jean (h). También reciclados en cargos del poder central o en la maldita policía que hoy mata impunemente bajo la modalidad del gatillo fácil.¿Seguridad? Las empresas de seguridad cuidan los millones de las empresas privadas. La institución policial tampoco es sinónimo de seguridad. Baste señalar los casos de gatillo fácil, torturas, detenciones ilegales, encarcelamiento de luchadores populares, hasta desapariciones de personas: Esta semana se cumplió un año de la desaparición de Julio López dejando un claro ejemplo de que el poder militar sigue tejiendo redes.Y nosotros no queremos mirar para otro lado.Por eso el escrache es una respuesta ante tanta impunidad e injusticia. Una forma más de mantener viva la memoria y una invitación a ser protagonistas y no naturalizar y permanecer indiferentes ante estos hechos. Porque así como Wal-Mart y Saint Jean hoy están protegidos por la misma policía que reprime y mata y por todos los sectores de poder, así también estamos hoy vecinos de este barrio y la Asamblea, compañeros/as de diversos colectivos de lucha y trabajadores de Wal Mart, buscando hacer posible otro futuro para todos.
Por eso hoy decimos,
Sino hay Justicia, hay escrache!
Saint Jean, estás escrachado, Wal-Mart, estás escrachado
Por los trabajadores en lucha en todo el país.
30.000 compañeros desparecidos, presentes, ahora y siempre!
Mesa de Escrache Popular (por los barrios), Asamblea Popular de Villa Pueyrredón, Cuerpo de Delegados de Wal-Mart Avellaneda, Socialismo Libertario
Cobertura:
Proyecto Fotográfico Colectivo (P.F.C)
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Imagenesenlucha@yahoo.com.ar
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